Xenoblade 3: nada es eterno

Hoy 29 de julio de 2025 es el tercer aniversario de Xenoblade 3, un juego que sin duda es de los más importantes a nivel personal que he jugado en toda mi vida y en gran parte es por su historia.



Antes de empezar voy a avisar que la publicación contiene spoilers de incluso el final del juego así que es recomendable que lo juguéis y ya luego sigáis leyendo.


Podría comentar mucho de la historia de Xenoblade 3 pero me voy a centrar en algo que vemos durante todo el juego y es el concepto de que nada es eterno.


El propio mundo del juego se llama “Aionios” que significa eterno, pese a tener ese nombre nada en ese mundo es para siempre y eso lo vemos desde el inicio empezando con una guerra donde se pierden decenas de vidas pero cómo ya nos han contando los personajes de ese mundo aunque sobrevivan las batallas tienen caducidad a los diez años de existencia (lo que sería el equivalente a cumplir los 20 años) mueren, desaparecen del mundo sin dejar el más mínimo rastro y no van a ser recordados.


Mio es una de las protagonistas y es la que más cerca se encuentra de la muerte con solo 3 meses restantes de vida por lo que la historia del juego es una carrera contrarreloj para poder solucionar todo antes de su muerte pero finalmente muere, su cuerpo muere, no había forma de evitarlo lo único que consiguen salvar es su mente sacrificando la de M en el proceso.


Los moebius representan el infinito, lo eterno, pero incluso ellos mueren y le tienen miedo a la muerte pero por más que quieran ser infinitos todo llegará a su final, por más que quieran evitarlo no pueden lograr la inmortalidad ya que incluso como observamos en el juego pueden morir de heridas demostrando otra vez que no han logrado ser eternos.


Y por último el propio mundo del juego no es eterno, el final (que es algo polémico y si no os gusta no pasa nada cada uno puede tener sus opiniones y no me meto en eso) nos muestra que ese mundo no puede seguir existiendo que tiene que desaparecer llevándose en el camino a todos los personajes de la ciudad los cuales no existían en ninguno de los mundos anteriores y posiblemente acaban en el olvido, ni su mundo, ni ellos, ni lo que ocurrió en Aionios va a ser para siempre.


En conclusión Xenoblade 3 nos muestra que nada va a durar para siempre, un concepto que a mucha gente le aterra y que el juego lleva bastante bien con momentos que realmente consiguen impactar o por lo menos consiguieron tener bastante impacto en el Xenodan de hace 3 años puesto que sin Xenoblade 3 no sería la persona que soy ahora mismo al ser un juego que me ha hecho replantearme bastantes cosas de mi vida y que tengo presente casi a diario por esto mismo.


Eso ha sido todo de una publicación más experimental sin guión y algo más personal ya que tras ciertos acontecimientos que me ocurrieron hace mes y medio he pensado más que nunca en como nada dura para siempre por más que queramos.

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